Existen básicamente dos tecnologías para la impresión digital: El inkjet (tinta líquida diferente a la offset) y el tóner (partículas con pigmento). Ahora bien, es necesario recalcar que no son las impresoras comunes de escritorio. Estas máquinas utilizan las cargas eléctricas para depositar tanto el tóner como el inkjet en el papel. No requiere de planchas metálicas, pues tienen unidades de imagen fotoreceptoras. Son máquinas más simples, más frágiles y más baratas (en su mayoría). Imprimen directamente desde el computador a la máquina, por ello hay una reducción de costes considerable, pero con una calidad igual o superior (tiene un calce perfecto).
Esto la hace el sistema ideal para cuando se requieren impresiones personalizadas, donde la cantidad de modificaciones hacen al offset tradicional carísimo de implementar.
La impresión offset se realiza mediante planchas metalicas monocromáticas, de modo que debe crearse una plancha por cada color a imprimir; en el caso de la fotocromía, por cada uno de los cuatro colores del modelo de color CMYK (cian, magenta, amarillo y negro), a lo que también se le conoce como impresión en cuatricromía; además, interviene en el proceso un quinto color: el blanco del papel.
La impresión offset tradicional es ideal para la reproducción de miles de copias en poco tiempo, con menor impacto físico en el papel (daña menos porque no aplica calor) y a menor costo a medida que más unidades se requieren.